La dirección de Nuclenor, empresa titular de la central nuclear de Garoña y cuyo capital se reparte a partes iguales entre Endesa e Iberdrola, estiman que es «previsible» que los cambios en los que trabajan los expertos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) modifiquen las actuales condiciones para que el reactor burgalés pueda «revertir» su situación de cese de actividad.
Los responsables de la compañía se muestran confiados en que, si siguen adelante los cambios que está desarrollando el equipo de José Manual Soria tal y como están siendo planteados, estos facilitarían la reapertura de Garoña y marcarían un precedente para el resto de nucleares.
Nuclenor «está aplicando» la orden ministerial sobre el cese de la planta, que entró en vigor el pasado 6 de julio, pero «mantiene la central en óptimas condiciones de seguridad para, si las condiciones de explotación cambian, solicitar el reinicio de la actividad», ha declarado una fuente cercana a la operación.
Conviene recordar que la empresa titular de la central castellano-leonesa ha dejado claro el carácter «económico» del cese de la actividad de Garoña «porque las actuales condiciones de explotación no son rentables» para la compañía. Esas condiciones se derivaron de la nueva fiscalidad aprobada para las nucleares y que entró en vigor en enero de 2013. Pero es previsible que el Gobierno realice cambios en el marco de la reforma eléctrica que se traduzcan en una situación que haga posible la viabilidad de la continuidad del reactor burgalés.
En este sentido, es posible que las circunstancias en las que Nuclenor pueda solicitar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el reinicio de la actividad de Garoña cambien. De hecho, Industria acaba de introducir una modificación en el texto del proyecto real decreto que desarrolla este asunto de tal manera que las exigencias para que Nuclenor efectúe dicha solicitud quedan rebajadas.
Dicho RD, que está pendiente de informe no vinculante por parte del CSN, recoge que los titulares de Garoña tendrían que pedir un permiso de renovación, y no una nueva autorización -bastante más exigente-, para volver a explotar la central.
Fuentes de Nuclenor inciden en que sus «expectativas» pasan porque esos dos escenarios que, actualmente «no hacen rentable» Garoña, «cambien». Al mismo tiempo, subrayan que hasta que esas nuevas condiciones no estén aprobadas no estudiarían por cuánto tiempo solicitarán una renovación de explotación, y niegan que el periodo valorado, de momento, sea por diez años.
En la actualidad, Nuclenor mantiene al completo la plantilla de Garoña, a pesar de que su actividad cesó en diciembre de 2012 antes de que entraran en vigor las nuevas tasas a las nucleares.