Fuente: El Economista
El parque español de centrales nucleares está muy cerca de los 40 años que hasta ahora se consideraba el tope de su vida útil. Tanto en el Congreso como en el sector eléctrico se oyen voces en favor de abocarlas a un cierre inminente, sin medir las consecuencias de ese paso. Por ello, resulta bienvenida la participación de Endesa en el debate, oponiéndose al cierre de sus centrales ante los costes que generarían para el sistema de suministro.
El compromiso con la transición hacia un modelo energético más limpio, que la empresa nunca ha dejado de suscribir, no debe impedir reconocer la realidad. Acabar con la energía nuclear supone, actualmente, fomentar alzas en el precio de la electricidad, al tiempo que se aumentarían las emisiones contaminantes.