Hace algo más de un año del Acuerdos de París donde se marcaron los objetivos mundiales en materia de renovables para los años 2020 y 2030. “Desde entonces, nuestro planeta se encuentra en transición energética para pararle los pies a la economía basada en el carbono y centrarnos en las energías limpias”, indican los expertos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Países como Islandia, donde las luces de todos los hogares ya se encienden gracias a las renovables, o el gigante asiático China, que aumentó en 2016 un 60% sus inversiones en tecnologías verdes fuera de sus fronteras, son claros ejemplo del interés que suscita el aprovechamiento de los recursos naturales.
Pero España también vivió su momento y fue pionera en eólica y fotovoltaica, lo que otorga “grandes conocimientos técnicos y el liderazgo de nuestras empresas en el mundo”, subraya José Donoso, director general de Unef (Unión Española Fotovoltaica).
Eso sí, España como destino para inversores ocupa el puesto 28 del índice Recai (acrónimo en inglés de índice de países más atractivos para la energía renovable) elaborado por la consultora EY.
“La instalación de plantas solares se está desviando desde Europa y Estados Unidos hasta países emergentes que, en estos momentos, lideran en cuanto a potencia”, apunta el director.
“Este desplazamiento hacia mercados de Iberoamérica y Asia es debido a la fórmula utilizada. Mientras aquí primamos a las renovables por ser medioambientalmente beneficiosas, allí se trata de una cuestión de ahorro y de seguridad de suministro; casi de necesidad”, explica.
Mientras se consolidan los mercados emergentes, el ranking Recai continúa encabezado por Estados Unidos, que en 2016 fue el país más atractivo para invertir en renovables por sus incentivos y los planes de futuro que la Administración Obama dejó proyectados, tanto en solar fotovoltaica como en eólica.
El mayor consumidor de energía del planeta no puede depender únicamente de combustibles fósiles. Siempre a la espera, claro está, de los cambios que puedan producirse durante el mandato de Donald Trump.
Tras EE UU aparecen China e India, lo que hace a Asia el continente favorito para invertir. “En instalación de energía eólica, India ya adelantó a España en 2016 y el objetivo del Gobierno es pasar de los 37.000 megavatios actuales a 60.000 en 2022”, confirman desde AEE.
Por el contrario, las mismas fuentes aseguran que “las empresas españolas no lo tienen fácil en China”, a pesar de los planes del Gobierno de cuadruplicar la potencia instalada.
India da la bienvenida a las empresas inversoras con incentivos de tipo tributarios (créditos fiscales, moratorias y deducciones), así como una financiación a bajo coste, facilitación de terrenos para instalar plantas e incentivos vinculados a la producción.
Mención aparte merece Chile (cuarta en la lista de EY). Ahora mismo es el país que lleva las riendas de Iberoamérica, donde, además, “se fija el precio mediante el sistema de subastas y le otorga, en estos momentos, el más competitivo”, apunta Donoso. Buena muestra de ello es la megaplanta solar de El Romero que la filial de Acciona ha puesto en marcha en el país, la más grande de Latinoamérica.
Fuente: Cinco Días