El presidente del Consejo Mundial de la Energía (World Economic Council, WEC), Pierre Gadonneix, ha dirigido un mensaje de advertencia a España sobre la necesidad de resolver el déficit energético de la balanza comercial. Además, se ha mostrado preocupado por el encarecimiento de los costes eléctricos en nuestro país, situación que no solo afecta a nuestro mercado, sino también al resto de Europa.
En una conferencia organizada por el Club Español de la Energía (Enerclub), Gadonneix recordó ayer que la deuda tarifaria equivale a cerca del 3 % del PIB y que lograr frenarla se ha convertido «en uno de los principales retos de la economía española, en un entorno en el que los precios de la energía son muy altos». España es, tras Japón y Corea del Sur, el tercer mayor importador mundial de gas licuado.
Como parte de estos encarecimientos, aludió especialmente al coste de la electricidad, que «en Europa es más alto que en el resto del mundo. De hecho, incluso es más caro que en Estados Unidos», añadió el directivo, y esta subida se ha producido después de que el continente se haya convertido en «campeón en la descarbonización a través de la promoción de las renovables».
En palabras de Gadonneix, «los costes de la electricidad han subido muy deprisa, sobre todo por los subsidios dados a las renovables», aseguró en su discurso en la jornada especializada convocada por Enerclub. Asimismo, insistió en las «dificultades» de España para equilibrar su déficit de tarifa y en la incapacidad de los mercados de CO2 de marcar un precio que penalice las emisiones.
Como vía para aplacar las subidas de precios y la dependencia energética, el ejecutivo del WEC se mostró partidario de explorar los recursos de ‘shale gas’ en Europa, donde existe potencial tanto en Francia como en Polonia, pero está pendiente de contrastarse si otros países como España también albergan hidrocarburos no convencionales y compensan los costes de extracción requeridos.
El gas de esquisto, junto con la agresiva regulación sobre el transporte, permitieron reducir las emisiones de CO2 en Estados Unidos en los últimos tres años, ya que el uso de estos recursos desplazó a las centrales de carbón, subrayó Gadonneix. Asimismo, vaticinó que la demanda energética mundial se duplicará hasta 2050, y que, en el caso de la electricidad, aumentará más deprisa, hasta el punto de que el consumo se duplicará en este sector con anterioridad a otros; en concreto, en 2030, adelantó.