FUENTE: Energía Diario
Así lo anunció la directora general de Política Energética y Minas, Teresa Baquedano, que señaló que la subasta del servicio de interrumpibilidad podría ser incluso «antes del verano» mientras Industria trabaja en aportar más predictibilidad a las empresas adjudicatarias por lo que analizará la posibilidad de que la subasta sea «por productos y a largo plazo». Por su parte, la industria electrointensiva reclama desde la AEGE (Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía) un suministro eléctrico que sea CEP (competitivo, estable y predecible).
En este sentido, Teresa Baquedano reconoció que el cambio impulsado por el Ministerio de Industria, que adjudica la interrumpibilidad mediante un sistema de subastas, creó incertidumbre en el establecimiento de los precios pero apuntó que se trabajará para hacer modificaciones y pasar a un sistema de precios predecibles. En el foro La importancia del coste energético en la competitividad de la industria española, organizado por AEGE, Baquedano indicó que se analizará que sean subastas «por productos y a largo plazo».
Asimismo, la responsable de Industria valoró tanto la necesidad como la utilidad de este sistema, que debe ser eficiente y, por lo tanto, el coste será así un precio real de mercado. Además, destacó que la reforma logró un equilibrio entre costes y precios aunque el consumo se ha visto reducido, sobre todo en el ámbito doméstico. En esta línea, valora que el sector se encuentra en un contexto estable, que le permitirá afrontar el futuro con precios más competitivos.
Por su parte, la secretaria de estado de Industria y Pymes, Begoña Cristeto, destacó la necesidad de disponer de precios de energía que permitan a las empresas españolas competir en el exterior. En este contexto, señaló que el Gobierno tiene como reto poner en marcha medidas que permitan «disponer de un más amplio y eficaz sistema eléctrico».
Suministro CEP: competitivo, estable, predecible
Las empresas españolas necesitan precios energéticos adecuados para ser competitivos en el mercado exterior. Una idea compartida por empresas y Administración Pública durante la jornada. Así, la presidenta de AEGE, Esther Alonso, hizo hincapié en la necesidad de la industria de disponer de un suministro eléctrico competitivo, estable y predecible, el cual supondría un importante estímulo para el impulso del desarrollo del sector en España.
En este sentido, Alonso destacó que las empresas electrointensivas han hecho «los deberes» para reforzar su competitividad, por lo que ahora es el momento de «impulsar actuaciones políticas» que favorezcan la presencia de estas compañías en España a largo plazo. Para ello, reclamó implementar las medidas del resto de países europeos, como la contratación bilateral, una compensación de costes indirectos de CO2 acorde con lo que realmente se traspasa al consumidor final, una reducción de costes de transporte y una exención al régimen fiscal vigente para eliminar la imposición del 7% a la generación eléctrica.
Los representantes de la industria electrointensiva como el presidente de Ferro Atlántica, Pedro Larrea, y el consejero delegado de Attlantic Copper, Javier Targhetta, coincidieron en señalar en sus intervenciones que el precio del suministro eléctrico es más elevado en España que en otros países europeos como Francia y Alemania, lo que supone un lastre para la competitividad de la industria española. Añadieron que en esta pérdida de competitividad influyeron algunas de las decisiones implementadas en el sector, como el aumento de la fiscalidad sobre el mercado eléctrico, la insuficiencia de las medidas de apoyo para la compensación de costes del CO2 y los ajustes realizados en el servicio de gestión de la demanda de interrumpibilidad.
En este sentido, el consejero delegado de Gerdau Europa, José A. Jainaga, resaltó la necesidad de que los precios sean visibles a medio y largo plazo para que sea posible realizar proyecciones fiables de los resultados de los negocios españoles. Por su parte, Javier Targhetta, consejero delegado de Atlantic Copper, lamentó que «los vaivenes regulatorios que hay en España son para volverse locos, totalmente desincentivadores para la inversión». En su opinión, existen demasiados obstáculos para conseguir un suministro energético competitivo, como el hecho de tener un mercado a futuros «muy malo», o tener unas interconexiones eléctricas «que aún son insuficientes».