FUENTE: Bloomberg / El Economista
Reino Unido va a desarrollar nuevos reactores nucleares y centrales térmicas alimentadas con gas como la mejor vía para limitar las emisiones de carbono y los costes a los consumidores. Ambas fuentes han sido calificadas como «centrales para la seguridad del suministro energético» por la secretaria de Energía Amber Rudd.
«Es imperativo que construyamos nuevas centrales de gas natural en los próximos 10 años», afirma Rudd, que detalla además que «ya hay planes para un nuevo parque de centrales nucleares» entre las que se encuentran la de Wylfa y la de Moorside.
Si todo sale como Reino Unido planea, las inversiones a realizar podrían proporcionar hasta un 30% de la electricidad generada con fuentes bajas en carbono que necesitaremos en la década de 2030.
Las declaraciones de Rudd marcan un paso más en el alejamiento de la anterior apuesta por las renovables desde que David Cameron ganase las elecciones el pasado mes de mayo. Desde entonces, son varios ministros ya los que han anunciado recortes a programas de apoyo a la energía solar, generación eólica en alta mar, biomasa y de eficiencia energética en general.
Se trata de un ‘reinicio’ de la política energética británica en toda regla, que busca «controlar los subsidios y equilibrar la necesidad de reducir las emisiones de carbono con la de recortar al máximo posible la factura energética».