Fuente: El Periodico de la Energía
El Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado recientemente en el seno de su junta local de gobierno licitar por 17,7 millones de euros la contratación del abastecimiento energético para el alumbrado público de la ciudad, que cuenta 74.125 luminarias, las fuentes ornamentales y la mayoría de los edificios de propiedad municipal, de cara a los próximos dos años, a través de unos pliegos que imponen la obligatoriedad de que la energía suministrada proceda “al cien por ciento” de energías renovables.
Así lo ha manifestado el alcalde hispalense, según el cual esta medida reducirá “a cero” las emisiones de CO2 derivadas hasta ahora del alumbrado público convencional de la ciudad de Sevilla y de sus principales centros institucionales y edificios municipales.
En concreto, Juan Espadas ha detallado que hasta ahora, el alumbrado público, la iluminación de las fuentes ornamentales de la ciudad hispalense y todos estos edificios municipales han supuesto un consumo anual de 54.962.515 kilowatios hora, así como la emisión de unas 19.786 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. Gracias al nuevo contrato aprobado para el abastecimiento energético de tales aspectos, que según Espadas incorpora la obligatoriedad de que la energía proceda “al cien por ciento” de fuentes renovables, las emisiones contaminantes se reducirán “a cero”.
En ese sentido, ha precisado que según estudios científicos, el consumo eléctrico público y privado copa el 40 por ciento de las emisiones anuales de CO2 a la atmósfera de la ciudad de Sevilla, lo que le ha llevado a señalar el impacto de esta medida en el medio ambiente, al ser reducida “a cero” la “huella de carbono” del alumbrado público convencional y de la mayoría de los edificios adscritos al Ayuntamiento.
Así, ha defendido esta apuesta por la “energía verde”, que más allá de suponer un “ahorro seguro” en los costes anuales de suministro energético para el alumbrado, las fuentes ornamentales y los edificios municipales, que se elevan a más de 8,5 millones de euros cada año, implica un “paso de gigante” en la “transición hacia un modelo energéticamente sostenible”, así como un “mensaje claro al mercado” energético.