Fuente: Expansión
La mayoría de usuarios de la luz identifica el suministro eléctrico en España con cuatro grandes empresas: Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP. Pero en los últimos dos años, ha habido un boom de nuevas comercializadoras de luz que han hecho de este país un caso único en el mundo. Ya hay 273 empresas que luchan por los 29 millones de contratos de luz que existen. (Listado completo)
En esta vorágine han entrado todo tipo de competidores: grandes y pequeñas empresas, compañías de renombre, gigantes petroleros, gasolineras low cost, grandes fortunas españolas, cooperativas agrícolas, clubs de amigos, ayuntamientos… En estos momentos, este mercado es una jungla variopinta con todo tipo de especies.
Las comercializadoras de luz en España siguen creciendo como hongos. Así se desprende de los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), organismo presidido por José María Marín Quemada.
Según el último recuento, en España hay un total de 273 empresas comercializadoras de luz operativas. Hace apenas tres años apenas se superaba el centenar. Ha sido una fiebre desbocada en la que están entrando todo tipo de empresas. No hay un patrón que identifique qué criterio se está siguiendo. Cada una tiene sus razones. Unas lo hacen como complemento a otros servicios. Otras siguen la estrategia de la multienergía, convencidas de que el futuro está en ofrecer todo tipo de energía, sea luz o hidrocarburos. Hay incluso cooperativas con vocación de servicio social, como la Cooperativa Benéfica San Francisco de Asís.
Junto a empresas de renombre mundial, como Tesla, también hay iniciativas con puro sabor español como Jorge Energy.
A esta ola también se han subido grandes petroleras, como Repsol, Cepsa y Galp. Pero también otros grupos de hidrocarburos más modestos, como Petroprix o Laboil. No faltan grupos vinculados a grandes fortunas, como Marina d’Or, o PepeEnergy (Globalia).
La mayor parte del mercado sigue estando en manos de las cuatro grandes eléctricas. Endesa e Iberdrola tienen más de diez millones de clientes cada una. Le sigue Naturgy (antigua Gas Natural Fenosa) con 4,6 millones, y después EDP, con 1,1 millones.
Pero el mapa del mercado ha empezado a cambiar a paso acelerado. Poco a poco, otras empresas van arañando cuota de mercado.
Repsol y Cepsa
Repsol, que ha comprado Viesgo, se ha colocado ya como quinta eléctrica, con 660.000 clientes. Cepsa, (Compañía Española de Petróleos), que lleva un año vendiendo luz, ya tiene 3.800 clientes. Más despacio va Galp, con apenas 460. Petroprix, que también ha empezado a hacer su incursión, ya acumula 80 clientes.
Telefónica
Telefónica, que también se lanzó a ofrecer electricidad como complemento a otros servicios, ya tiene más de 200 clientes.
La mayor parte de las comercializadoras no supera los mil clientes. Las hay incluso que apenas llegan al medio centenar o incluso que, de momento, tienen un cliente, como Beta Renowable, Dora Energia, y Asecor.
Pero ya hay un grupo de veinte empresas que han superado los 50.000 clientes, una masa crítica suficiente para ser tomadas en serio. En ese grupo, además de Cide, vinculado a antiguas eléctricas comercializadoras locales, destacan Fenie Energia, Audax, Holaluz y Som Energia.
Especialmente curioso es este grupo, una cooperativa en Cataluña que se autoproclama empresa de suministro de energía verde sin ánimo de lucro. No es la única cooperativa. En el listado de comercializadoras se identifican hasta cinco sociedades de este tipo.
Esto da idea de la variedad de formatos que está habiendo para competir con las grandes eléctricas. Cualquier fórmula es válida, y también abundan las empresas municipales, vinculadas a ayuntamientos.
Todo ello en un mercado aparentemente sin reglas que sigue cambiando el panorama eléctrico y, donde además de la imaginación comercial, sobresale la creatividad de las marcas. Desde Respira Energía, hasta Siesta Green Energy, la variedad de nombres es casi infinita.