El Gobierno y Red Eléctrica Española están a punto de alcanzar un acuerdo con la gran industria intensiva en consumo eléctrico, entre cuyos miembros se encuentran empresas con gran implantación en Asturias, como Arcelor, Alcoa y Azsa, para aligerar sus costes. Estas compañías se quejaron en su día de que con la reforma energética impulsada por el ministro de Industria, José Manuel Soria, el precio de la electricidad superaría en un 30 o 40% el que pagan sus competidores europeos, lo que lastraba la competitividad de las empresas españolas y alimentaba el riesgo de deslocalizaciones.
Las empresas pidieron diálogo y éste parece haber dado frutos. La orden que regulará la tarifa para estos grandes consumidores puede ser una realidad antes del quince de noviembre. Así se lo aseguró ayer en Madrid el director general de Política Energética y Minas, Jaime Suárez, a dirigentes de la Federación de Industria de USO, entre los que se encontraban el secretario de Acción Sindical, José Vía, y el responsable del sindicato en Arcelor, Pedro Cancio.
La nueva orden sustituirá al mecanismo de «interrumpibilidad» del que ya se beneficiaban antes principalmente, Arcelor, Alcoa y Asturiana de Zinc. En la nueva orden ministerial se podrán beneficiar los consumidores con consumos superiores a 90.000 megavatios. En la anterior norma el corte se producía en 100.000 megavatios. Habrá además una cierta progresividad de la que podrán beneficiarse empresas que consuman menos que esta cifra.
«Los costes de la energía, muy superiores aquí que en el resto de Europa, implican un grave peligro de deslocalización», expuso el sindicalista José Vía. Y añadió: «En empresas muy importantes como Arcelor se corría el riesgo, por ejemplo, de que los costes de la energía se comieran el gran esfuerzo que han hecho los trabajadores rebajándose el sueldo. Por eso las noticias que nos han trasladado desde Industria son tranquilizadoras, pero esto debe de ser algo mantenido en el tiempo y que realmente, si se apuesta por la industria, comience a rebajar el diferencial que todavía nos separa con Europa».