El consejero delegado de la empresa energética Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, ha asegurado que la energía termosolar será rentable sin necesidad de ayudas «no más allá de 2018 o 2019».
En una entrevista con EFE, Sánchez Ortega ha señalado que «la evolución tecnológica de la energía termosolar ha hecho que los costes se hayan reducido» hasta el punto de que ahora «estamos hablando de unos costes que están en el orden de la mitad de lo que eran hace cinco años». A esto añade lo que denomina una «ola de innovación tecnológica» -con pequeños avances para mejorar la eficiencia de receptores o espejos- que permitirá a la termosolar «ser competitiva con la energía convencional no más allá de 2018 o 2019».
Actualmente, Abengoa opera la mayor planta termosolar del mundo -Solana, en Arizona (Estados Unidos), con una potencia instalada de 280 megavatios (MW)- y construye otra en Chile con 18 horas de almacenamiento, lo que le permitirá producir electricidad las veinticuatro horas del día. «Es importante que a las tecnologías que van a revolucionar nuestro futuro no se las mate al principio», subraya, aunque considera que «la energía termosolar ha pasado esa fase de riesgo de mortalidad infantil», una cuestión que «a alguno no le gusta, le pone nervioso, pero es la realidad».
La energía termosolar constituye, junto a los biocombustibles de segunda generación y la desalinización de aguas, uno de los grandes focos de investigación de la compañía y uno de sus ejes estratégicos. «La única forma de crear valor a largo plazo en una empresa es vía la innovación», destaca Sánchez Ortega, «este año hemos invertido más de 450 millones euros en i+d, lo cual es muchísimo para una compañía de nuestro tamaño, pero pensamos que el nivel de compromiso que hay que tener para realmente poder llamarse una compañía tecnológica».
Abengoa cuenta con más de 260 patentes aplicadas y casi 800 empleados dedicados a la investigación. En ese sentido, indica que «podría decirte que es lo mismo que sucede a nivel de país» y que «la única forma de resolver el problema de desempleo a largo plazo en España es con la innovación, crear sectores con ventajas competitivas basadas en el conocimiento y basadas en la tecnología y es justamente lo que no se está haciendo». Por este motivo, afirma que le «gustaría que el Ministerio de Industria dejara de hablar ya tanto de reforma energética y que se centrase mucho más en políticas de innovación y en políticas de industrialización real de España», ha considerado.
Pese a ello y a su «desacuerdo» con la reforma energética, la compañía ha sido «firme en que mantenemos nuestra sede en España», así como «el grueso de las inversiones de investigación y desarrollo». Este esfuerzo investigador es el que permitirá a la empresa sevillana inaugurar en los próximos meses la planta de biocombustibles de segunda generación -es decir, los que no utilizan cultivos alimentarios- de Hugoton en Kansas (EEUU), la primera de Abengoa que funciona con residuos agrícolas. Sin embargo, el consejero delegado de la firma apunta de cara al futuro a los residuos sólidos urbanos, un área que ya explora su planta experimental de Babilafuente (Salamanca), y para la que prevé iniciar una fase comercial en los próximos 18 meses. La imagen tecnológica de Abengoa se ha reforzado con el debut en el Nasdaq en octubre del pasado año, una salida a bolsa que le ha dado visibilidad y que ha tenido buena acogida, con una revalorización de las acciones de más del 20 % desde entonces. Esta operación «ha abierto el balcón del mercado de capitales más grande del mundo a Abengoa», ha subrayado su consejero delegado, de manera que actualmente el grupo «es un jugador como cualquier otra compañía que cotiza en el mercado norteamericano».